Memoria de "caboso"

El otro día volví a bucear después de mucho tiempo. La verdad que en el Muellito de Pto. del Carmen va tanta gente y uno ha ido tantas veces que creí que iba a ser una inmersión más;pero me equivoqué. Meros, abaes, sargos, picudas, rallados, atún, salemas, bogas, jureles, etc... y un sinfín de pequeños peces que hizo una auténtica delicia el haberse metido en el agua.



Pero claro, en el mar no todo el mundo lo entiende de la misma manera. Hay gente que va disfrutar como nosotros buceando, haciendo esquí, navegando o simplemente contemplar semejante espectáculo como un atardecer en su orilla. Otros viven gracias a él como los centros de buceos o más cercanos aún los pescadores. Pescadores hay de todo tipo, de pesca submarina, (que para mi es la más selectiva porque siempre ves lo que vas a coger, otra cosa es el que no se rija por esta regla), los de pesca de altura, la pesca artesana con carnada viva, corriquia o de fondo y la peor de todas, la de pescadores vagos. Éstos son aquellos que largan grandes nasas y que al cabo de unos días las recogen y para casa. Así de fácil, pero claro, este sistema está prohíbido. Encima algunos lo llaman arte de pesca o así se mal-denomina. Todo esto viene a cuento por la recogida de nasas que ha llevado acabo la Guardia Civil en la Bocaina y en el que los "artesanos" de la Cofradía de Playa Blanca han puesto el grito en el cielo.

Ellos alegan, según su vice-patrón Juan Jesús Rodríguez, que las nasas no interfieren con las especies protegidas porque no interactúan con ellas y para colmo, que los peces entran a voluntad y por la tanto el daño es menor. Pero vamos a ver, ¿es que este tío vió el anuncio de Mixta en el que el goopie está todo el rato comentando que vió la salida y que va a sacar a Roberto y cree que los demás bichos, en el fondo del mar, van hacer lo mismo?. Para empezar las cosas hay que llamarlas por su nombre y una nasa es una TRAMPA mortal. Una trampa es cualquier dispositivo, aparato o estrategia que se usa para atrapar, sujetaro matar cualquier tipo de vida y en este caso de las más efectivas. He visto nasas abandonadas del tamaño de un coche con una cantidad de vida dentro increíble. El problema de estos sistemas es que cuando se pierden, los bichos se mueren en su interior y al podrirse hace de reclamo para el resto haciendo que esto sea el cuento de nunca acabar y dejando la zona totalmente esquilmada durante todo el tiempo que la nasa esté sin romperse.

Este señor alega que es muy selectiva porque cuando las suben echan al mar los de pequeño tamaño. Eso no se lo cree ni él. El pescado pequeño va para casa y no, claro está, a la cofradía Cuando se elevan las nasas desde el fondo, entre 50 y 200 metros no se elevan a mano como antes, sino con un molinillo eléctrico que las eleva sin el más mínimo esfuerzo en pocos minutos. La elevación a esta velocidad provoca en la mayoría de los peces que la vejiga natatoria se hinche desproporcionadamente provocándoles la muerte o impidiéndoles volver al fondo. En el tiempo que transcurre desde que se sube la nasa, se saca el pescado y se vuelve a echar, los peces que están en el barco ya tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir.

Tengo claro que es un sistema de pesca ilegal; que la gente de la mar tiene que sobrevivir, también, pero como se siga de esta manera en poquito tiempo ni "pa" ti, ni "pa" mi. De todas maneras se podría optimizar este sistema de pesca siempre y cuando se lleve a cabo tres puntos que creo que habría que aceptar:
1º : Control y comprobación estricta de marineros y barcos que se sumen a este tipo de pesca con un número fijo de licencias.
2º: Número limitado de nasas y marcaje de las mismas, así como sus boyas y puntos de pesca.
3º: Malla de diámetro limitado a la talla mínima de las especies a capturar con limitaje de kilos.
Claro está, primeramente habrá que hacer un completo estudio sobre la biodiversidad y cuantificación de la misma para luego asignar, según dicho estudios, cuotas de pesca y pescadores. Hay que decir que ésta última sugerencia es del señor Rodríguez y por lo tanto hay que aplaudirla. Luego, si se lleva acabo habrá que asumirla, y si no, a bucear.
Les aseguro que si la mayoría de los que hacen estos desastres bucearan, con el tiempo cambiarían el modo de ganarse la vida o por lo menos, de disfrutarla junto a su profesión, la mar.