En lo político, por la toma de desiciones que no tienen en cuenta, la mayoría de las veces, las opiniones tan importantes como las de los mismos pastores, ganaderos o queseros. En lo social, por el papel tan importante que ha supuesto para la supervivencia de la isla el poseer tal cantidad de ganado asegurando una cultura y un futuro que un muchos lugares de las islas se ha perdido o está a punto de desaparecer como es el pastoreo. En lo medioambiental, está claro y más que documentado, que la cabra es una de las mayores destructoras de los endemismos botánicos isleños.
Los comentarios que se han escrito al respecto en el mismo periódico son de lo más variopinto; desde que si van a eliminar las cabras al completo de las costas, el problema de los "pastores" que cobran subvenciones millonarias sin ejercer mientras pastores de verdad están desde la madrugada hasta el atardecer con los animales, los políticos que no saben gestionar o concretar los lugares de pastoreo o cuanto ganado debe o puede permitirse en dichas zonas, etc... Son muchísimas las variantes y puntos de opinión pero está claro que hay que hacer algo.
Alguien dijo en uno de estos comentarios que las cabras llevan aquí cientos de años y nadie le va ha decir que no, pero no me van a poder refutar que los endemismos botánicos que tenemos en las islas llevan miles de años en estas tierras. No quiero decir con esto que las cabras sean el único problema, sino que es uno más de los que hay y que hace que la gran biodiversidad que poseemos esté tan amenazada.
Siempre nos estamos refiriendo al pasado para defender las costumbres y tradiciones que hemos heredado pero los tiempos cambian y con ello las costumbres y tradiciones. No hay que dejar que nos quedemos en el pasado sino evolucionar. Digo esto porque casi siempre la gente me echa en cara lo que comentaba sobre las tradiciones. Un ejemplo, en el comentario que se menciona aquí sobre las cabras se ha hecho una estimación de que hay sobre 50.000 cabras sueltas sin control cuando hace unas décadas eran unas pocas miles, esto es inaguantable para cualquier ecosistema a medio y largo plazo. Sobre la caza, una tradición heredada de los abuelos y padres desde hace décadas; no me negaran que la cantidad de cazadores de hoy en día, unos 1000 federados y otros 500 aproximadamente sin federar sólo en Lanzarote, es mucho mayor que hace unos 20 o 30 años. Tenemos que saber y entender que nuestra población aumenta y las actividades que antaño se practicaban sin causar grandes destrozos al medio hoy en día no tienen cabida en esas dimensiones y se tienen que ir adaptando al espacio. Este el punto caliente entre tradición y evolución.
Hay que aprovechar que ahora más que nunca estamos promocionando nuestras islas como máximos representantes medioambientales y que estamos intentando controlar la "fiebre cementera". Tenemos que ser capaces de encontrar y promover nuevas actividades que demuestren que nuestras gentes siguen adaptadas al medio interfiriendo lo mínimo y sacando lo máximo. Nuestros antepasados con las hambrunas, catástrofes naturales y penalidades que sufrieron fueron capaces de aceptar el golpe de la naturaleza primero, adaptarse al nuevo medio y lo mejor de todo, sacarle el máximo provecho.
Creo que es una tradición que habría que recuperar.