sábado, 23 de mayo de 2009

Eslabón perdido.

Día mundial de la Biodiversdad, energías renovables, Reserva de la Bioesfera, Espacio protegido, aves en la Lista Roja de las especies, etc... , es una lista que no terminaría con la cantidad de nombres, denominaciones, categorías, calificaciones, etc..., que afecta a todo tipo de espacios naturales, animales, lugares, etc... Ya está bien de tanta lista ¿no?. Aveces estos tecnicismos dan lugar a engaños o desvirtúan el mensaje que quieren dar, proteger el medio ambiente, pero falta un dato muy importante a tener en cuenta; Información.
Teniendo información se es conciente en todo momento que está bien y que está mal y este es el punto en el que hay que hacer mayor hincapié. Antiguamente es nuestros pueblos o pequeñas ciudades siempre había personas que se sabían de carrerilla los nombres de las plantas y animales con los que convivían y se beneficiaban de ellos. Además, dentro de este grupo de personas estaba el curandero, persona sabia y reverenciada que le daba ese toque espiritual a cada uno de los componentes que la naturaleza le aportaba. Esa sabiduría que se transmitía de generación en generación y que aportaban estas personas al resto de la población se está perdiendo y con ella el eslabón de la cadena. Ese eslabón es el que nos hace valorar todo lo que nos rodea y hoy en día casi se ha perdido. Creemos saber de todo, con la tele , el móvil , internet y demás medios actuales son simples herramientas que están a nuestro servicio (o condenadas a ellas) y hemos perdido el contacto con lo que nos rodea. Nos falta ese guía que nos enganche a los valores de antaño, el respeto a la naturaleza, el coger sólo lo que necesitamos y recomponer lo que veamos que se ha deteriorado.



Foto: Chinijo
Aquí tenemos una muestra de ese repudio a lo que tanto esfuerzo costó a nuestros padres y abuelos y que tanta riqueza nos ha traído. Pero no seamos pesimistas, con ganas de salir al campo a pasear, al bosque , al jable , al volcán y con una pequeña guía de plantas y animales del lugar podemos ser ese eslabón que falta y evitar escenas como esta en cualquier parte.


miércoles, 20 de mayo de 2009

... lo último que se pierde.

Hace unos días fui con mi hija a ver una tortuga boba (Caretta caretta), en las instalaciones de la escuela de pesca de Arrecife, que se está recuperando de una infección de pulmón y que le impedía sumergirse. Al no poder sumergirse no puede alimentarse y al mismo tiempo evitar choques con embarcaciones. Gracias a un pescador que avisó se pudo recoger y dentro de poco podrá volver a la inmensidad del mar. Es una tortuga muy habitual en nuestras costas y un placer ver con que paciencia deambulan por los mares, sin prisa pero sin pausa. También hemos tenido noticias recientemente del rescate de un Rorcual tropical (Balaenoptera edeni) por parte de un grupo de científicos que estaba realizando un censo de ballenas en las aguas de Lanzarote, según el diario La Provincia http://www.laprovincia.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009051100_13_229312__Lanzarote-Rescatan-Lanzarote-ballena-atrapada-cabos . Al parecer se había enrollado en unos cabos que le impedían bajar para alimentarse y respirar correctamente, además los cabos estaban produciéndole heridas profundas en la aleta que era la zona donde se habían enredado. Son ballenas que viven en zonas subtropicales con aguas cálidas como las de Canarias. Pueden llegar a medir hasta 14 metros. El mar, como isleños, forma parte de nuestras vidas. Recibimos lo que damos y estas acciones que he comentado anteriormente demuestran dos cosas de las que hay que estar orgullosos; que hay gente que ama el mar y la gran variedad faunística que poseemos en nuestros fondos.


Para muestra un botón, la foto realizada por mi hija de 5 años y el nombre de la tortuga : ESPERANZA.

Foto: Ico

martes, 12 de mayo de 2009

Cetreros y luego, ¿qué?

Ayer me dediqué a intentar hacer ver que es tan dañino una actividad como otra. Me refiero a la caza tanto de hurón como de escopeta, y hoy a la de la cetrería. Entiendo que la caza de la cetrería sea un "arte" en algunas zonas del mundo, sobre todo en los países musulmanes. No dudo de el amor a estos magníficos animales por parte de los que profesan esta práctica, pero hay que poner cada cosa en su sitio. Estamos cansados de ver como las personas introducen animales exóticos para su diversión, acompañamiento, cría e infinidad de utilidades que se le pueda imaginar, en un territorio tan frágil como el nuestro. Tenemos a la ardilla moruna en Fuerteventura, la serpiente de California en gran Canaria, el muflón enTenerife, y un sinfín de especies que hay constatadas como introducidas y que todavía a ciencia cierta no se ha cuantificado o valorado el daño realizado en unos ecosistemas tan frágiles como los de Canarias.

Ahora quieren permitir la cetrería en Canarias. No sé con que argumentos llegaron a conven-cer a "nuestras señorías" en el Parlamento de Canarias, pero hay de su ignorancia. No hay por donde cogerlo ya que nunca ha habido una tradición o cultura al respecto. Entendería hasta cierto punto que se hubiera practicado con especies de la zona, siempre y cuando no estuvieran protegidas o fueran muy abundantes, casos que aquí no se dan de ninguna de las maneras.

¿Qué aves se van a traer para cazar?, ¿qué pasa si se escapa y no se encuentra?, ¿quién controlaría esas aves para evitar reproducciones accidentales con otras especies naturales de Canarias?, ¿quién tiene derecho o conocimientos para la práctica de la cetrería y en su caso quién lo otorga?,... creo que quedan muchas preguntas en el tintero y muchas dudas sobre su gestión.

Tenemos que tener claro que estamos en un territorio muy delicado, que no se puede poner en práctica todo lo que sale por la tele, que hay que ser más consecuente con las posibles catástrofes que pueden ocurrir con escapes de animales de esta naturaleza. Además, me parece increíble que teniendo una magnífica variedad de rapaces como tenemos: Cernícalo común, Aguililla, Águila pescadora o "Guincho", Alimoche o "Guirre", Lechuza o "Coruja", Gavilán, Halcón de Berbería o "Tagarote", no valoremos lo afortunados que somos al poder contemplarlas en libertad.

lunes, 11 de mayo de 2009

La paja en el ojo ajeno

Vengo leyendo hace unos meses la preocupación de los cazadores sobre el decreto que el Gobierno de Canarias quiere aprobar sobre la práctica de la cetrería en Canarias. Creo que los cazadores tendrían que mirarse la viga que tienen incrustada en sus respectivos globos oculares ya que no les hace ver bien la realidad o la distorsionan como en el chiste del cazador con las manos atadas. No estoy a favor de ningún tipo de cacería pero creo que todo el mundo tiene derecho a la práctica de su afición, siempre y cuando esté debidamente controlada y gestionada, y ese es el punto débil de este asunto.

Primero, los cazadores deberían tener un código ético y moral sobre la práctica de la caza, sobre donde cazar y como hacerlo. Todas los años vemos como se meten en fincas con toda una jauría delante sin el menor respeto a la propiedad privada, Destruyendo, disparando e incluso robando, de paso, lo que cuadre. Además, en las zonas cercanas a los pueblos no se cortan un pelo en disparar cuando tendrían que mantener una distancia de seguridad respecto a la casa más cercana. No hablo de un código de boquilla, que todo el mundo se salta a la torera, sino el compromiso de los cazadores de que si ven algo ilegal denunciarlo. Ahí ganarían muchos puntos a la hora de demostrar que son legales y respetan las normas.

Segundo, los cazadores son los mayores representantes de cómo no se debe maltratar a un animal. Llevo años pateando por la isla y siempre te encuentras algún esqueleto o un cadáver reciente de un podenco o perro de caza. El desprecio es absoluto porque te los encuentras siempre en huecos o zonas bajas, debajo de pasos de agua o en vertederos amarrados o con un tiro.

Tercero , la falta de respeto al entorno es evidente. Te ves los desperdicios de los descansos, latas, botellines, papel plata, etc... llevan todo el día arrastrando con la mochila llena y cunado comen, que se vacía los envases, no se los llevan. Pues queda muy bien cuando queda todo recogido. Amén de los cartuchos, en cualquier lado sea ZEPA, LIB, Espacio Protegido, Parque Nacional.

Cuarto, el comportamiento deja mucho que desear con las otras personas que comparten las zonas donde se caza. El problema es que cuando se va a cazar, nadie sabe si se está cazando en la zona, si es con escopeta o hurón, las medidas de seguridad que hay que tomar. Porque ya me dirán, todo el mundo de camuflaje y con una jauría por todos lados sin parar de ladrar, absurdo.

La normativa europea sobre la caza obliga a llevar chaleco reflectante o cintas del mismo material a todo el que participe en la cacería.

Habría que tener un control más intenso sobre esta actividad y sobre los que la practican. Sobre todo a las autoridades que dan licencias y ya no se preocupan de nada más. Habría que asignar un número determinado de perros al principio de la temporada y en caso de pérdida por parte del cazador, dar parte del mismo para poder encontrarlo y no dejarlos por ahí abandonados que cuando tienen hambre si que son auténticas alimañas para la avifauna. No se podría renovar
ese número de animales hasta el año siguiente para evitar masificaciones y así cuidar de ellos mucho mejor. Pero para eso el cabildo debería controlar los perros en zonas de cazas aleatoriamente. La utilización del chaleco reflectante obligatoria. El cómputo total de presas cazadas y/o heridas.
Habría para mucho más pero creo que con estas acciones se mejoraría mucho la actividad. La cetrería, claro que puede ser fatal si se escapa un ave de esa naturaleza, al igual que un perro de caza abandonado. Control con un dispositivo de seguimiento para dicha ave, así, si se escapa, se sabrá muy pronto donde se ubica. La persona que obtiene un permiso, avisar siempre donde va ha realizar la actividad.

Son pequeñas acciones que no cuesta mucho llevar acabo, pero claro, todo depende de la voluntad de unos y de otros. No digo que todos los cazadores sean iguales, pero es que la gran mayoría pecan o han pecado en alguno de estos casos y de esta manera no se conseguirá, en la vida, obtener el respeto que se merecen. Hablo con conocimiento de causa: la casa de mi abuela en el campo le metieron un tiro a la puerta y se llevaron lo que quisieron además de los destrozos de los perros; he visto como cazaban a 40 metros de mi casa, llamarles la atención y reirse de uno en la cara; he visto perros amarrados en piedras, abandonados o simplemente con un tiro en el cuerpo; señales de tráfico, carteles o paredes destrozadas con tiros de escopeta.
Señores, de todo hay en todas partes pero en su mano queda la potestad de hacer caer la balanza en favor o en contra de ustedes. Ustedes dirán.

lunes, 4 de mayo de 2009

Mensaje de una botella

Foto: Chinijo



Si amigos, han leído bien, semi-parafraseando el nombre de una película, voy a contarles la historia del mensaje.
Casi todo el tiempo estoy circulando por caminos de tierra o pateando por ahí. Hay algo que nunca me falta y que siempre me sobra, por si encuentro alguien en el camino, una bolsa. Y bueno, que tendrá que ver con el enunciado, tiempo al tiempo. Como todos no somos iguales, a los que amamos la naturaleza y nos gusta pasear, rular, circular, disfrutar y todo aquello que conlleva dichas acciones, no se puede evitar recoger los deshechos de los demás. No digo que tengamos que dejarlo inmaculado, que no estaría mal, sino que con la famosa bolsa coger dos cositas de aquí y una de allá y otra de un poco más acá nos vamos a quedar mucho más satisfechos con nosotros mismos y al mismo tiempo dando ejemplo a los demás. Normalmente son latas, papeles o las mismas bolsas que nos dan, encima, esa oportunidad. Son fáciles de recoger y de comprimir y no ocupan casi espacio. Ya sé que no es de ustedes pero si que pertenece a nuestro paisaje y por lo tanto ya somos partícipes en ese compromiso de mantenerlo limpio. Pongan ustedes ese mínimo esfuerzo en marcha, hagan que los que comparten vuestras aficiones participen o simplemente que no tire al suelo lo que no se quiere. Verás lo poco que se tarda en recoger y los muchos años que evitaremos verlos si lo hacemos. Verás que en poco tiempo y por esa regla de tres la zona por la que pasaste hace tiempo, en la que recogiste esas dos cosas y que no pudiste llevarte más y que dejaste atrás, habrán desaparecido, y todo gracias a un mensaje: el de una botella para que la rescatemos de nuestros paisajes.